Anento es un bonito pueblo perteneciente a la provincia de Zaragoza, Aragón.
Con sus poco más de 100 habitantes, es una joya escondida en el fondo de un valle, a 919 metros sobre el nivel del mar.
Este es uno de los dos pueblos de Zaragoza que están incluidos en la Red de Pueblos Más Bonitos de España.
Si venimos desde Zaragoza, debemos de tomar la A-23 dirección Teruel y tomar la salida 206 dirección Lechón /Anento, unos 83 km que nos costará recorrerlos poco menos de una hora.
Desde Teruel, también debemos de tomar la A-23 (pero esta vez dirección Zaragoza) y tomar la salida 206 dirección Lechón /Anento, y tardaremos aproximadamente una hora (100 km).
Si venimos desde la Comunidad Valenciana, tardaremos 2h 15′ desde Valencia (238 km) y exactamente lo mismo desde Castellón.
Una de las cosas que más me gustó de Anento, es que por el interior de su villa no circulan coches, esto es posible gracias al parking que hay al inicio de la población.
Este parking tiene un precio de 2 euros (independientemente del tiempo que estés) y que se paga en una máquina que está ubicada junto a la Oficina de Turismo.
El pueblo de Anento se encuentra en un valle, ubicado a los pies de su castillo y los restos que quedan de un torreón celtibero.
Como siempre, os recomiendo que si podéis os acerquéis a la Oficina de Turismo (pincha aquí para ir a su web) para que os den información sobre el pueblo, posibles rutas, casas rurales…
Tiene una villa de estilo medieval con calles y callejones estrechos, sinuosos y algo empinados.
Las casas están restauradas y tienen el color de las tierras del paisaje que las rodea (rojizo por las arcillas).
Este precioso pueblo, parece sacado de libro de cuentos, y es que, han cuidado al mínimo cada detalle para que eso creamos. Podemos encontrar repartidos por el pueblo, ceniceros con forma de castillo en las paredes de las casas.
Por si eres como yo, que te pones a callejear y te pierdes en cuanto tuerces la primera esquina, no te preocupes, desde la iglesia, hay carteles indicativos que nos marcan la «Ruta de los Rincones con encanto» para que no te dejes nada por ver.
Siguiendo esta ruta, iremos poco a poco conociendo los secretos y rincones más perdidos de este pueblo.
Callejeando, acabaremos llegando a la parte más alta, al Mirador de Santa Bárbara, desde donde las vistas del pueblo bajo nuestros pies y del paisaje de los alrededores son espectaculares.
Nada más entrar al pueblo y pasar por la Oficina de Turismo lo primero que se puede observar en la Iglesia de San Blas, cuya torre se alza y sobresale por encima de las casas, viéndose desde cualquier punto de Anento.
Esta iglesia data de la edad media, habiendo sido construida entre los siglos XIII y XIV.
Aunque el exterior es bastante bonito, el verdadero tesoro lo guarda en su interior, el retablo mayor.
Este retablo gótico fue pintado entre 1431 y 1456 por el Maestro Blasco Grañén, uno de los mayores representantes de la pintura gótica aragonesa, que destaca por la descripción minuciosa de ropajes, construcciones y paisajes.
También conserva la pila bautismal y el altar románico originales.
Desde la Oficina de Turismo sale una ruta circular de aproximadamente 1 hora que nos llevará hasta el aguallueve.
Es una ruta bastante sencilla que combina zonas sombreadas con zonas de pleno sol y cuestas con zonas llanas, por lo que es recomendable ir ciertamente preparado.
Todo el camino está bien señalizado con carteles que nos van indicando la dirección, por lo que no tiene pérdida.
Antes de llegar al famoso aguallueve, pasaremos por varios carteles que nos indican la dirección de las otras 2 rutas que tienen Anento: al Castillo y al Torreón.
El aguallueve es un manantial que cae continuamente en forma de gotas de agua, creando un espectacular relieve, con paredes de piedra y musgo, y pequeñas grutas escondidas en su interior.
El agua se recoge en una balsa que después se canaliza para el riego de campos y huertos.
El aguallueve es una formación caliza donde la afloración de varios manantiales (abastecidos por los acuíferos) han creado un relieve kárstico.
Con el paso del tiempo, la humedad ha creado un pequeño microclima, rico en juncos, helechos y mentas, extremadamente diferente de los ecosistemas que se encuentra unos metros más arriba.
En invierno, a temperaturas bajo cero, cada gota de agua que cae se va congelando y se forman unas impresionantes estalactitas de hielo (lo tengo pendiente de ver).
Como el castillo está en la misma carretera de acceso al pueblo y no me apetecía demasiado hacer la ruta para subir a verlo, me dejé la visita para el final y fui con el coche.
No tiene pérdida ninguna y el coche se puede dejar aparcado sin problema porque hay grandes explanadas para poder hacerlo.
Se tiene constancia de la existencia de este castillo desde el año 1357.
Conserva las 2 torres gemelas y hay restos de una tercera torre. También se puede observar el foso frente a la puerta principal.
Si accedemos por la puerta principal accedemos a lo que sería el interior del castillo, y podemos ver la parte trasera de las torres.
Se puede subir a ver el interior de las torres y recorrer parte del camino de ronda de la muralla.
Bajo el castillo se conservan una serie de cuevas excavadas en el cortado que mira hacia la población, y que debieron de formar parte del sistema defensivo.
Al igual que al castillo, al torreón celtíbero se accede desde la carretera CV-927. Está bien indicado y en Google Maps también sale.
Conocido como el torreón de San Cristóbal, pone de manifiesto la ocupación celtíbera de estas tierras.
En lo alto del valle del aguallueve, a la margen izquierda de este, se conservan varias hiladas de un potente torreón celtíbero construido con bloques megalíticos. Probablemente date de fechas sobre los 200 a. C.
Desde este punto, se tienen unas preciosas vistas de Anento y se puede observar el impresionante contraste de las construcciones rojizas de las casas, con el verde de la vegetación.