Mora de Rubielos es un pueblo de la provincia de Teruel, capital de la Comarca Gúdar-Javalambre.
A partir del año 1171, cuando el rey aragonés Alfonso II el Casto conquistó Mora de Rubielos, esta población perteneció a diferentes figuras de la nobleza, y fue ocupada temporalmente en 1363 por las tropas castellanas en la Guerra de los dos Pedros.
Durante la Edad Moderna, esta villa se vió afectada por el continuo conflicto de intereses entre los antiguos señores feudales y la influencia de la Iglesia.
Está a tan solo 12 km de su pueblo vecino Rubielos de Mora, por lo que se puede hacer una excursión de un día para visitar los dos municipios.
Índice
La villa de Mora de Rubielos, declarada Conjunto Histórico Artístico, posee un patrimonio monumental de indudable valor e interés.
Notables portales y edificios como el Castillo, la Ex colegiata y otros muchos son testigos de siglos de historia que le aportan a esta villa, llena de actividad, el encanto de un patrimonio único.
El castillo o Palacio de los Fernández Heredia es la principal imagen de Mora de Rubielos, y no es para menos, ya que es una gran mole de piedra que domina la villa y está enclavado en una plataforma rocosa.
El horario del castillo podéis encontrarlo sin problema si visitáis la oficina de turismo, que os dejo en este enlace. También podéis consultar el precio y horarios de las visitas guiadas (la entrada normal está sobre unos 5 euros).
Es uno de los castillos más grandes y mejor conservados que he tenido la oportunidad de visitar.
En la taquilla te facilitan un mapa con todos los puntos marcados para que no te pierdas nada, y está adaptado con ascensor (lo que es un punto más a favor de este precioso monumento).
El inicio del recorrido empieza en el patio de armas y va recorriendo todas las estancias que hay alrededor en el sentido contrario a las agujas del reloj.
Pero como os comentaba antes, no tiene pérdida y está todo bien señalizado y con carteles explicativos de cada una de las estancias. El castillo se divide de la siguiente forma:
En el patio de armas hay una exposición de armas de asedio, como puedan ser: lithobolos, gastraphetes, manuballista, catapultas, lanzallamas, mangonel, ballestas…
Cuando hayáis terminado de visitar el interior del castillo os recomiendo que los bordeéis para encontrar la puerta opuesta a la de acceso, donde aún se conserva el foso.
La excolegiata de Santa María la Mayor está muy cerquita del castillo, en la plaza de la iglesia.
Este magnífico templo cuenta con la segunda nave gótica más ancha de España. Su almenada torre dibuja una de las siluetas más características de Mora.
El claustro y la cripta se encuentran pendientes de rehabilitación.
Inicialmente, Mora se articuló en torno a dos calles perpendiculares que desembocaban en cuatro portales abiertos en un primer recinto amurallado.
Estos portales son: el de Alcalá, el de Cabra, el de Rubielos y el de Albentosa (que en la actualidad ha desaparecido).
El Portal de Alcalá, también es llamado el de los Olmos y tiene un sistema defensivo bastante complejo (en comparación con los otros portales).
Está flanqueado por dos torres que se unen entre sí en su parte superior por medio de un puente. Esta zona servía para arrojar piedras o aceite hirviendo sobre posibles atacantes.
El antiguo Portal de Rubielos conecta la zona conocida como la Villa Vieja con la Villa Nueva (que es donde se encuentra la Casa Consistorial de Mora).
El nuevo Portal de Rubielos se encuentra en el extremo de la calle Villanueva. Se construyó este portal en el camino que conducía antiguamente a Rubielos de Mora.
Para acceder al Portal de la Cabra hay que descender por la Plaza de la raza, que está situada al lado de la Plaza de la iglesia (donde está la ex colegiata de Santa María la Mayor).
Este recinto, limitado por el cerro en el que se asienta el castillo, por el río Mora y por el barranco del Regajo, es conocido como la Villa Vieja, y se comunicaba con la otra orilla del río a través del puente Viejo o del Milagro y del puente de Cabra.
En la zona más alta de Mora, se observan las Torres con un trozo de muralla que van de una a la otra. Desde este punto, las vistas del pueblo son inmejorables.
Se puede subir a las Torres y a la Muralla y sentirnos como aquellos vigilantes que guardaban la ciudad de los enemigos que vinieran.
A los pies de las Torres se encuentra el Calvario, que desciende zigzagueante hacia el pueblo.
En el punto donde empieza a descender el Calvario, encontramos una de las ermitas de Mora, la de la Dolorosa.
Paseando por la villa disfrutaremos de calles jalonadas de edificios que emanan historia, como el antiguo mercado (actualmente es la oficina de Turismo), el edificio del Ayuntamiento o algunas casas solariegas como la de los García Herranz.