Empusa pennata es un mantodeo a los que generalmente se les conoce como mantis, perteneciente a la familia Empusidae.
La verdad, es que nunca he sido muy fan de las mantis, y hasta hace unos años les tenía un miedo irracional. Pero poco a poco, he girado ese miedo y lo he transformado en fascinación absoluta.
Por lo que os podéis imaginar que cuando me encontré con este preciosidad bien camuflada a los ojos humanos, flipé en colores.
Índice
Los adultos de E. pennata tienen un cuerpo bien estilizado, y generalmente llegan a alcanzar un tamaño de hasta 67 mm de longitud (algunas hembras pueden llegar hasta los 80 mm).
Algo que nos puede servir para diferenciarlas de otras mantis, es la protuberancia que presentan en la cabeza, entre las dos antenas.
Las antenas de las hembras son filiformes y en el caso de los machos son plumosas (pero solamente cuando son adultos, hasta entonces, simplemente las tienen engrosadas). Por ello podemos deducir que en mi caso, tuve la suerte de encontrarme con una preciosa hembra.
Los ejemplares adultos son los únicos que tienen alas, y tanto en el caso de hembras como en el de machos, cubrirán totalmente el abdomen, dejándolo oculto.
Aunque en la fotografía no se aprecie demasiado bien, la coloración de esta mantis es verdosa y rosada, una combinación de colores especialmente bonita.
Las ninfas presentan una coloración ocre. Presentan un abdomen rugoso y curvo hacia arriba bastante característico de esta especie.
Esta especie está presente en la península ibérica, llegando hasta Italia, Francia y el norte de África.
Le gustan los lugares abiertos, donde haya matorral, en lugares áridos o semiáridos. En mi caso he podido observarla en el Desierto de los Monegros (Aragón).
En cuanto a la alimentación, es un insecto generalista y depredador de otros artrópodos a los que espera inmóvil en los arbustos (donde os podéis imaginar que se camufla a la perfección).
Al igual que en otras mantis, sus patas delanteras retráctiles les facilitan mucho la captura y sujeción de presas.
Las ninfas nacen a principios de verano, y pasarán por diferentes estadios de desarrollo pero sin llegar a convertirse en adultos. Así pasarán el invierno, en diapausa, hasta que al año siguiente completen totalmente su desarrollo y puedan aparearse.
Tras la cópula (que puede durar varias horas), la hembra colocará los huevos dentro de una estructura conocida como ooteca.
Esta ooteca está compuesta por una especie de espuma que se endurece al contacto con el aire, y que protege a los huevos que se encuentran en su interior. Dependiendo de la especie de mantis, esta ooteca será diferente.
En el caso de Empusa pennata, la ooteca es estrecha, aplanada y con oberturas en su parte superior. Algo característico es el filamento en uno de los extremos superiores.