Colias croceus es un llamativo y bonito lepidóptero que pertenece a la familia Pieridae. Esta familia está ampliamente distribuida por todo el mundo con más de 1.000 especies.
En Europa contamos con unas 50 especies y en la Península Ibérica se han citado hasta 24 de ellas.
El ejemplar de esta foto fue encontrado en el término municipal de Almonacid de la Cuba (Zaragoza).
Se encuentra presente en el Norte de África, Islas Canarias, sur y centro de Europa hasta el oeste de Asia.
En la Península Ibérica la tenemos presente de forma generalizada. Especie que realiza migraciones de manera regular.
Prefiere laderas soleadas y abiertas, con abundantes flores, desde el nivel del mar hasta aproximadamente los 1.800 metros de altitud. También se pueden encontrar en huertos, campos de cultivo, parques, zonas ajardinadas urbanas, cunetas de carreteras…
Las orugas de Colias crocea se alimentan sobre todo de Medicago sativa (alfalfa) y de gran parte de las especies del mismo género (Fabaceae).
Es una especie que presenta varias generaciones al año (puede llegar hasta 3 o 4, dependiendo de las condiciones climáticas y altitud).
Las hembras depositan los huevos en el haz de las hojas de la planta nutricia. Las larvas eclosionan en una semana y completan su crecimiento en mes y medio aproximadamente.
Como muchas otras larvas, suelen esconderse entre la vegetación al pie de «su» planta.
Crisalidan en un tallo o rama próxima a la que se unen por un cinturón de seda dorsal y por el cremáster.
Los adultos de Colias croceus hacen su aparición unos 15 días después.
Las larvas de la última generación del año hibernan en ese estado, aunque no es propiamente una etapa de latencia porque continúan con su alimentación y se desarrollan con lentitud durante el invierno.