Vilafamés es un pueblo ubicado en el interior de la provincia de Castellón, en la Comunidad Valenciana.
Ocupa una posición estratégica ubicado sobre una mole que abarca parte de la Sierra de les Conteses.
Está ubicado a medio camino entre el interior y la zona del litoral castellonense.
Este municipio forma parte de la Red de Pueblos Más Bonitos de España y su conjunto histórico fue declarado Bien de Interés Cultural el 22 de abril de 2005.
Índice
Si venís desde Castellón tendréis que coger la CV-10 y la CV-15 durante 26 km (poco menos de 30 minutos) y seguir las indicaciones a Vilafamés.
Desde Valencia deberéis de tomar la A-7 dirección Castellón y posteriormente CV-10 y CV-15 con indicaciones a Vilafamés. En este caso el trayecto son unos 95 km (1 hora de duración).
En el pueblo hay un parking habilitado y gratuito para dejar el coche, si este estuviera lleno, siempre se puede dejar por alguna de las calles de al rededor y subir andando a la zona del casco antiguo.
Junto a la Iglesia de la Asunción hay una zona de aparcamiento pequeña, pero yo soy de las que piensan, que hay que ceder estos sitios para que la propia gente del pueblo pueda aparcar sus vehículos (opinión personal).
Lo más destacable de Vilafamés se encuentra dentro de su casco antiguo, rodeado por una muralla construida en el siglo XIV.
Si observamos el trazado urbanístico podemos distinguir dos zonas bien diferenciadas:
Si hemos aparcado en la zona nueva de Vilafamés y enfilamos la avenida principal del pueblo, nos encontraremos a mano derecha el antiguo lavadero.
Aunque los lavaderos no tengan nada de especiales, me gusta bastante descubrirlos en todos los pueblos que visito, sobre todo cuando están tan bien conservados como este.
Situado en la parte alta de la población. En 2005, se declaró Bien de Interés Cultural, en la categoría de conjunto histórico, por parte de la Generalitat Valenciana.
Entre los motivos que llevaron a esta declaración, tal y como se indica en la misma, está el que «se trata de uno de los conjuntos histórico-artísticos de mayor importancia de la Comunidad Valenciana, por su gran belleza y alto grado de conservación, así como por el enclave paisajístico donde se encuentra ubicada y donde se integra con su particular silueta. Posee una trama medieval adaptada a su particular topografía, donde coexiste una interesante arquitectura popular junto a edificios significativos de la arquitectura civil y religiosa, gótica y barroca».
Se trata de una gran mole de roca sedimentaria de color rojiza conocida como «rodeno». Aunque su formación se produjo hace unos 222 millones de años, su configuración actual data de unos 30 MA.
Tiene un volumen de unos 832 metros cúbicos , un peso aproximado de 2.163 toneladas y presenta una inclinación de 34 grados con respecto a la horizontal.
El aspecto actual de la zona es resultado tanto de la acción natural como de la humana, al haberse utilizado como cantera para extraer materiales de construcción.
Cuenta la leyenda que los vecinos quisieron arrastrar la piedra al llano por el temor a morir aplastados; al atar la cuerda para tirar de ella, ésta se rompió sin llegar a mover la mole, cayendo todos al suelo y ensuciando su trasero de color rojo; desde entonces son conocidos como «culrojos».
También se dice que si tocas la Roca Grossa, puedes pedir hasta 3 deseos, pero únicamente uno de ellos será el que se cumpla.
En este lugar se alzaba una de las 4 puertas existentes en las murallas que rodeaban la villa, permitiendo el acceso a su interior a través de la actual rampa de la calle la Font.
Esta zona se reestructuró a nivel urbanístico en el siglo XVI: se construyó la nueva Iglesia de la Asunción y se modificó el trazado de las murallas, adaptándolas a las nuevas técnicas de guerra (la artillería).
La iglesia, trazada por Martín García de Mendoza y construida por Juan Palacios a partir de 1594, es de estilo renacentista.
Entre 1778 y 1783 se amplió con la capilla de la Comunión y un nuevo presbiterio, mientras que la cúpula se construyó en 1806.
De su interior cabe destacar el retablo mayor de principios del siglo XVII, los frescos de la Capilla de la Comunión y pechinas de la cúpula.
Su ornamentación es orfebrería y zócalos de cerámica valenciana del siglo XVIII.
La construcción de las murallas de la villa fue ordenada por el maestre de Montesa fray Albert de Tous en 1375.
En 1391, dentro de las actuaciones de reparación de los muros, se menciona un «portalet» que había en la torre cuadrada del «Consell», y que se relaciona con al actual puerta de acceso al recinto más interior de la villa.
De él se conserva todavía el lateral derecho y el arranque del muro.
En los alrededores del castillo se han encontrado indicios de poblamiento de hace 5.000 años, pero la utilización como tal es de origen andalusí.
Después de rendirse a Jaime I de Aragón entre 1233 y 1235, pasó a la orden de Santa María de Montesa (1317), transformándose en un gran castillo-palacio.
Su aspecto actual se configuró en el siglo XIX durante las guerras Carlistas (momento en el que se construyó la torre circular central).
Esta torre es de los pocos ejemplos de arquitectura carlista de la Comunidad Valenciana. El castillo de Vilafamés está declarado Bien de Interés Cultural.
Situado en el castillo, encontramos un abrigo que alberga uno de los conjuntos de pintura rupestre esquemática más interesantes de la Comunidad Valenciana.
Fue descubierto el 14 de agosto de 1963 y dado a conocer por el profesor A. Beltrán en 1969.
El abrigo se abre en la parte alta del cerro, bajo un resalte de rocas areniscas triásicas y es de pequeñas dimensiones (6 m de longitud de boca por 2,50 m de altura en la zona más alta).
Desde 1998, están declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO.