Para poder visitar las Saladas de Sástago y Bujaraloz, deberemos de desplazarnos hasta las comarcas de los Monegros y la Ribera Baja del Ebro.
Tengo que decir, que esta fue de mis primera excursiones cuando me mudé a vivir a Aragón, y me pareció un lugar impresionante y prácticamente desconocido.
Quizá os suene más la Laguna de Gallocanta, las Saladas de Chiprana o los Tremedales de Orihuela, pero que sepáis que estos estos 4 humedales aragoneses están dentro de la la misma lista para la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional, especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas (Convenio de Ramsar).
Es el sistema endorreico (que no fluye hacia el mar, más bien se queda «estancada en un área) más extenso de Europa Occidental.
Si después de esto que os he contado, no os han entrado ganas de visitarlo, seguid leyendo y ya veréis como al final os animáis a hacer una visita a este espectacular lugar.
Índice
Para llegar, deberéis de dirigiros a Sástago y desde allí desviaros hacia las saladas, o bien, desplazaros hasta el municipio de Bujaraloz y desde allí poner rumbo a las saladas. Se puede decir que este humedal está a medio camino entre los dos pueblos.
Si venís desde Zaragoza ciudad, lo más cómo es tomar la AP-2 (que ahora ya no es de pago) y llegar hasta Bujaraloz. Desde aquí tomar las indicaciones hasta las Saladas de Sástago-Bujaraloz.
Aunque el GPS marca el punto exacto, cuando estéis a punto de llegar a las saladas, os recomiendo bajar la velocidad para tomar el desvío a través de camino de tierra, porque si no os lo pasareis seguro.
Se tarda aproximadamente 1 hora en llegar desde la ciudad de Zaragoza, por lo que os recomiendo que ya que os pegáis la paliza hasta aquí, aprovechéis para visitar otros puntos de esta zona.
Hay una amplia zona de tierra donde se pueden estacionar los vehículos (aunque ya os digo que no suele haber nadie).
El conjunto de las Saladas de Sástago y Bujaraloz lo componen un total de 99 depresiones que se inundan de manera temporal, sobre todo cuando ha llovido de manera abundante.
Cuando vayáis a visitarlo, posiblemente la mayoría de ellas estén secas, y en la que vais a poder encontrar algo de agua es en la conocida como la Laguna de la Playa (que es la de mayor tamaño) y el punto de referencia donde nos lleva Google Maps.
De estas 99 depresiones, dentro del convenio RAMSAR se encuentran solamente 26 (abarcando una superficie de 8.144 ha). Se han seleccionado para estar bajo esta figura de protección, las que mejor conservadas están y las que son más representativas.
Tienen la peculiaridad (como os he comentado antes) que son endorreicas, saladas y temporales, y constituyen el conjunto de lagunas más extenso e importante de Europa.
Aunque tenga poca agua, a mi me parece un lugar verdaderamente impresionante, con una riqueza tanto de flora como de fauna impresionante.
Una vez estéis en este lugar, podéis dar una vuelta leyendo los carteles y paneles informativos que hay, o bien, realizar la ruta (o parte de ella) que se indica.
La ruta yo no la he hecho, por lo que no os puedo dar indicaciones sobre ella. Aún así, os digo que tiene una longitud de 24 kilómetros y para realizarla completa hacen falta casi 6 horas.
Es un recorrido que combina varios recorridos, algunos bordeando las saladas, otros atravesándolas y otros por carretera.
En el lugar donde están las saladas, se pueden encontrar antiguas edificaciones que fueron restauradas en el año 2012. Estas, se utilizaron en los procesos de extracción de la sal allá por los siglos XVII y XVIII.
Se sabe que la extracción de sal se lleva haciendo desde el Neolítico, cuando el hombre se da cuenta que se puede utilizar para conservar los alimentos (carne y pescado).
Vamos a ver observar diferentes balsas de evaporación, almacenes y viviendas de los obreros que trabajaban en la extracción de la sal.
Quizá lo que más pueda sorprender al visitante sea la gran concentración del crustáceo Artemia salina en una de los aljibes de la Laguna de la Playa.
Este artrópodo que ya existía en la época de los dinosaurios, tiene una tolerancia altísima a la sal, lo que le permite vivir en lugares como las Saladas de Sástago y Bujaraloz, pero no en mares y océanos. ¿Curioso verdad?. Pues os contaré otra curiosidad.
¿Alguna vez habeis visto salinas de color rosa o rojizo? Pues el «culpable» de ese tono rosáceo en estos parajes es este crustáceo.
En cuanto a flora, vamos a poder encontrar especies adaptadas a las condiciones salinas y de cierzo de este lugar, como: la salicornia enana (Halopeplis amplexicaulis), Microcnemum coralloides, Limonium sp. o esparto (Macrochloa tenacissima) entre otros.