El Monasterio de Rueda pertenece a la orden cisterciense y se encuentra ubicado en el municipio de Sástago, en la provincia de Zaragoza (Aragón).
Se encuentra a unos 70 kilómetros de la ciudad de Zaragoza, a orillas del río Ebro y pegado al pueblo de Escatrón.
Gracias a las obras de restauración que terminaron en el año 2003, hoy podemos conocerlo a través de las visitas guiadas que ofrecen.
En el mismo conjunto tenemos: el monasterio, una hospedería (hotel de 4 estrellas) y un restaurante de cocina de autor.
Como siempre, antes de ir recomiendo que os informéis de horarios, visitas guiadas y compra de entradas en su página web (pincha aquí).
El monasterio se puede visitar por fuera e incluso entrar hasta el jardín central de manera gratuita. Pero si lo que queremos es adentrarnos en las salas privadas, deberemos de concertar la visita guiada.
Índice
Frente al monasterio hay un parking bastante grande asfaltado donde vamos a dejar estacionado nuestro vehículo.
Las visitas guiadas tienen una duración aproximada de 1h 10 minutos y no están adaptadas para sillas de ruedas ni carritos de bebé.
El aforo máximo por turno es de 55 personas.
Nada más entrar al hall del monasterio, a mano izquierda tenemos la zona de venta de entradas-tienda que abren 10 minutos antes de cada pase.
Esta joya del arte cisterciense es uno de los conjuntos monásticos medievales mejor conservados de toda Europa.
Tiene su origen allá por el año 1182, cuando el primer rey de la Corona de Aragón (AlfonsoII el Casto), otorgó la villa y el castillo de Escatrón a la orden del Císter para proteger y repoblar la frontera cristiana.
Las obras del conjunto finalizan en el siglo XIV con la construcción de la preciosa torre mudéjar.
Nada más entrar al monasterio, encontraremos el claustro, que se encarga de ordenar y organizar el resto de dependencias.
Y es que, esta construcción mantiene intacto el primitivo núcleo medieval, mostrando el mismo esplendor del siglo XIII.
Siguiendo por la galería que rodea al claustro, nos encontraremos con el templo, que era una zona donde únicamente podían rezar los monjes.
Esta sala (y en general todo el templo) destaca por la austeridad y humildad de su decoración (pilares básicos de esta orden).
La Sala Capitular es la estancia más importante de todo el monasterio, en ella se debatían todas las cuestiones referidas a la comunidad.
Ascendiendo por las escaleras de día, se accedía al dormitorio de los monjes, que es un espacio diáfano donde dormían todos los monjes para hacer piña y ya de paso, acumular algo más de calor.
Muy cerca de la sala capitular y aprovechando el hueco de la escalera, se encuentra el calabozo, donde eran castigados los monjes que tenían mala conducta.
La sala que hay delante del calabozo, se llama locutorio, y era donde se repartían las tareas agrícolas.
A continuación, el siguiente pasillo daba acceso directo a la zona de huertas, pasando antes por el scriptorium.
Esta era una de las mejores estancias de todo el monasterio, con comunicación directa con el calefactorium, que se encargaba de calentar la sala en los meses fríos de invierno.
El refectorio preside la galería sur y se encuentra junto a la cocina. Justamente antes de entrar, encontramos el lavatorio, que nos recuerda la importancia de una correcta higiene antes de la comida.
La cilla se encuentra en la zona exterior, y comprendería una antigua bodega medieval del siglo XIII. Cuenta con el atractivo de ser de las pocas construidas en exterior (no siendo una dependencia más del claustro).
He querido dejar para el final el elemento que yo creo que es el más importante de todo el monasterio: la rueda (y aquí es donde se finaliza la visita guiada).
Rueda que da nombre a este espectacular templo y que tiene el privilegio de ser la de mayor tamaño de Europa, con sus 16.24 metros de diámetro.
Esta noria y su acueducto están datados de la primera mitad del siglo XIII y forman un patrimonio hidrológico excepcional.
La singularidad propia de Rueda, la constituyen las complejas características de las infraestructuras necesarias para dotar al monasterio de agua.
El agua circulaba baja el calefactorio, refectorio y cocina, con una derivación al lavatorio, además de abastecer a la almazara. También debió estar conectada con letrinas y nevera.
Tanto si has realizado la visita guiada como si no, la parte de la noria y el molino harinero se pueden ver desde fuera.
Si cogéis el camino asfaltado que hay una vez dejamos atrás el parking, llegareis en pocos minutos andando.
También se puede dar un agradable paseo por la ribera del río Ebro y observar el azud (llamado azud de Escatrón) que se forma en esta parte del río.