La Fresneda es un municipio ubicado en la preciosa comarca del Matarraña, en la provincia de Teruel (Aragón).
La villa de este pueblo fue declarada en 1983 conjunto Histórico-Artístico y en la actualidad, también forma parte de la red de Pueblos Mágicos de España.
Visitar La Fresneda es un plan perfecto para una escapada de fin de semana. Podréis recorrer sus calles empedradas, visitar sus monumentos y empaparos de toda la historia que envuelve a este lugar.
Como siempre, antes de comenzar la visita, recomiendo que os dejéis caer por la Oficina de Turismo, donde os darán información de todo lo que podéis ver, visitas guiadas…
Índice
La visita a este pequeño municipio la podéis hacer sin problema dedicándole un día si organizáis bien el viaje.
Antes de comenzar a contaros lo que no os podéis perder en vuestra visita, me gustaría haceros un repaso rápido por parte de la historia de este lugar.
Estas tierras fueron conquistadas por Alfonso II en el año 1169, momento en el que la villa comenzó a llamarse «Freixneda». En 1211 este pueblo pasó a pertenecer a la Orden de Calatrava y en 1283 se le concedió a La Fresneda el título de villa.
Tras las crisis del siglo XIV donde los señores feudales aumentaron los impuestos, en varias ocasiones el municipio tuvo que recurrir a los prestamistas judíos de Alcañiz, principalmente.
Algo a destacar, es que tras la epidemia de la peste negra, únicamente sobrevivió un tercio de la población.
En el siglo XV con la llegada de los Reyes Católicos, aumentó el poder civil del Ayuntamiento frente al poder de los calatravos, aunque esto no quita que contribuyeran económicamente en varias guerras.
En 1784, La Portellada (que hasta el momento era considerada como un barrio de La Fresneda) pagó una suma importante de dinero para independizarse.
Cuando las tropas carlistas fueron obligadas a retirarse en 1839, arrasaron con el castillo así como con todos los puntos defensivos de La Fresneda, para evitar que fueran utilizados por sus enemigos.
Tras la importante helada que tuvo lugar en 1956, muchos habitantes de esta localidad iniciaron un éxodo hacia la cercana Barcelona, después de que su principal sustento (los olivares) se echaran a perder por el frío.
En la actualidad, el principal motor económico de esta municipio a cambiado, y es visitado por multitud de turistas que son atraídos por su rico patrimonio.
Sus orígenes se remontan al siglo XIII y se cree que se levantó sobre una antigua mezquita. Esta iglesia corona la parte más alta de La Fresneda y también es conocida como iglesia de la Virgen de las Nieves.
En sus inmediaciones, podremos ver los restos del antiguo cementerio y en la parte frontal, se esconde un reloj de sol del siglo XVII (os animo a que lo busquéis).
El edificio del Ayuntamiento se encuentra en la Plaza Mayor del pueblo, que es el centro neurálgico de La Fresneda, donde se celebran multitud de fiestas y eventos.
Para mi personalmente, es una de las plazas más bonitas que vais a poder encontraros por Aragón.
En uno de sus laterales, está ubicada la Oficina de Turismo y junto a esta, encontrareis la puerta de acceso a las mazmorras (que consta de varias plantas). Hay que pagar para poder entrar.
En el interior de ayuntamiento (que por cierto, está declarado Bien de Interés Cultural), hay otra cárcel con grafitis muy interesantes en las paredes (en mi vista no pude verlo porque estaba cerrado).
Si aparcáis el coche a las afueras de La Fresneda, posiblemente accedáis a su Plaza Mayor a través del Arc de Xifré, que es el único portal que se conserva de la antigua muralla que protegía a la población.
Una vez accedais a la plaza a través de él, si miráis a vuestra izquierda, veréis un callejoncito muy estrecho y de gran belleza que desciende hacia la parte baja de la población, esa es la entrada a la judería.
Y justamente, la calle lateral del ayuntamiento donde está la oficina de turismo es la Calle Mayor, adornada con unos preciosos soportales.
Para mí, sin lugar a dudas este fue uno de los lugares más mágicos en mi visita a La Fresneda. Situado a las afueras de la población, en un lugar privilegiado.
La Ermita de Santa Bárbara, se encuentra ubicada en un cerro que tiene su mismo nombre y desde ella, se tienen unas vistas fantásticas del municipio.
A lo largo de la subida, pasaremos por diferentes capillas, como la de la Soledad, de San Juan Bautista o de San Mateo.
En la parte más alta del cerro, encontramos los restos de esta ermita construida en el siglo XVII que fue destruida tras las Guerras Carlistas.
Dentro de la Ermita de Santa Bárbara encontraremos un pozo, así como curiosas «cullas» excavadas en la tierra que, según el historiador Amador Rebullida, podrían constituir un observatorio solilunar.
Situado en la parte baja de este cerro, se encontró tallada en piedra una figura de 85 cm de longitud, conocida como «el primer fresnedino» y que se ha convertido en el símbolo de la villa.
Este símbolo, lo vais a poder encontrar en diferentes partes de La Fresneda, tallado en la roca y decorando sus calles.
El antiguo cementerio se encuentra ubicado entre el Cerro Santa Bárbara y el emplazamiento del castillo, popularmente se le conoce como cementerio medieval.
En uno de sus extremos, podemos encontrar una roca de gran tamaño, bajo la cual se encuentra el aljibe natural denominado «El Povet«.
El cementerio se encuentra actualmente en desuso.
Situado justamente en frente del Cerro de Santa Bárbara, encontramos los restos de la antigua fortaleza utilizada para el control estratégico de los alrededores.
Se puede acceder y subir a la parte superior de la torre, desde donde se tienen unas vistas increíbles tanto del cementerio medieval como de la Ermita de Santa Bárbara.
La Casa de la Encomienda también conocida como la Casa del Encomendador era una de las viviendas que tenía este personaje público en La Fresneda.
Aunque su vivienda principal era el castillo, la dificultad para acceder a este, así como el uso que se le dio de almacenaje, propició a su progresivo abandono y la construcción de esta infraestructura.