El Jardín Botánico Santa Catalina, se encuentra ubicado en un lugar privilegiado, a tan solo 13 km de la ciudad de Vitoria Gasteiz.
Escondido en la vertiente este de la sierra de Badaia.
Construido en el emplazamiento que durante el siglo XII ocupaba la casa torre de la familia de los Martínez de Iruña y que posteriormente se convirtió en convento de jerónimos y agustinos hasta el siglo XIX.
Es un lugar mágico, cuidado al detalle y que sin duda voy a intentar visitar cada vez que pueda (a ser posible, es diferentes épocas del año).
Soy una gran fan de visitar botánicos de cada lugar al que viajo (tanto dentro como fuera de España) y sin duda, este es el nº1 en mi ranking de los 10 mejores que he visitado hasta la fecha.
Si venís en coche desde Vitoria Gasteiz, tenéis 3 posibilidades para llegar hasta este jardín botánico que aproximadamente tienen entre 13-16 km , dependiendo de la que elijas (y unos 30 minutos de duración). Pasareis por el pueblo de Trespuentes y comenzareis el ascenso en coche hasta alguno de los parkings públicos con los que cuenta el jardín.
Para dejar el coche aparcado, tenemos 3 posibilidades:
Si habéis elegido venir en transporte público, la línea 13 de Álava-Bus os dejará en el Trespuentes, y desde allí deberéis ir andando hasta la entrada al botánico.
Os recomiendo que antes de decidiros a ir a este precioso jardín botánico, llaméis por teléfono y mandéis un email, para preguntar horarios y precios, reservar visitas guiadas…
E-mail jardín botánico: jardincatalina@gmail.com
Teléfono de contacto: 688 897 048
La familia Martínez de Iruña se asienta en su casa torre en el siglo XIV (o anterior). Finalizando el siglo, se construye un Palacio y una Iglesia.
A comienzos del siglo XV, Andrés Martínez de Iruña y su esposa Doña Mari Sánchez, edifican el convento que junto a la iglesia donan, en 1411, a la Orden de los Jerónimos.
A partir de 1411, se comienza a utilizar como convento, pero es abandonado al poco tiempo por el escaso número y por la pobreza.
La familia Martínez de Iruña se mudó a la Torre de Doña Ochanda (donde actualmente se encuentra el museo de Ciencias Naturales de Vitoria).
En 1473 , y durante 3 siglos, toman posesión del lugar los Agustinos, que realizaron muchas obras y reformas.
El convento constituyó un importante centro académico y posteriormente se usó para hospedería.
Durante la Guerra Carlista (1836), y ocupado por los carlistas, el General liberal Zurbano lo incendia y permanece en ruinas hasta 1999
En este año, el Ayuntamiento de Iruña de Oca decide aprovechar su emplazamiento privilegiado para construir el actual Jardín botánico Santa Catalina.
Tiene una extensión de 32.500 metros cuadrados y una altitud que oscila entre 605 y 675 metros sobre el nivel del mar. Integrado en un bosque natural de encinas.
Durante el recorrido botánico, se pueden observar más de 1000 especies diferentes de plantas procedentes de los 5 continentes.
Este jardín se divide en 3 zonas climáticas diferenciadas:
Se extiende desde la entrada, hasta las ruinas del convento de Santa Catalina y en su diseño se han representado los 4 elementos: agua, fuego, aire y tierra.
Estas dos zonas climáticas del Jardín Botánico están separadas por un arco de piedra. El color rojo de las plantas (ya sea por sus hojas, frutos, flores o tallos) representa el fuego en una de ellas, mientras que en la otra, las espirales de mimbre y las flores blancas evocan el movimiento del aire.
Si seguimos caminando hacia el convento, pasaremos por un bosque compuesto de encinas (Quercus ilex), arces y hayas y nos será relativamente fácil escuchar el canto de petirrojos (Erithacus rubecula), mosquitero ibérico (Phylloscopus ibericus), herrerillo común (Cyanistes caeruleus) y carbonero común (Parus major), puesto que se les ha colocado comederos y cajas nido.
Estos dos elementos clásicos del universo se convierten en protagonistas de un espacio vivo en el que conviven aljibes, pozos y estanque con lirios, nenúfares y arces de Montpelier.
Dependiendo de la época del año en la que visitemos el jardín, si tenemos suerte, podremos ver cercanos a estos puntos con agua alguna libélula o caballito del diablo.
Es frecuente observar en época de vuelo (de mayo a septiembre) a Calopteryx virgo con sus preciosos tonos azules o verdes metalizados.
También frecuenta este lugar una de las libélulas de mayor tamaño de Europa occidental, Anax imperator o libélula emperador (con un periodo de vuelo bastante similar a Calopteryx virgo).
También se pueden llegar a observar algunos anfibios como tritones (tritón palmeado y tritón jaspeado) o rana común.
Creo sin duda, que poder visitar y recorrer las antiguas ruinas del convento es lo que hace más espectacular si cabe, el Jardín Botánico Santa Catalina.
En sus más de 600 años de historia Santa Catalina de Badaia es un claro ejemplo de como un edificio puede ir adaptándose, en función de las necesidades de sus propietarios.
Cinco reformas estructurales que han dejado el convento tal como podemos visitarlo hoy en día.
El estado de conservación es bastante bueno en general. Se puede recorrer todo el conjunto sin problema. Encontramos los siguientes espacios:
La antigua torre defensiva dio paso en el siglo XVI a un imponente campanario (espadaña) que se ha convertido en punto de referencia de las ruinas y símbolo del Jardín.
Desde este punto se tienen unas vistas muy chulas del claustro central.
Además de estos 4 puntos (iglesia, mirador, zona de bonsáis y aljibes) os recomiendo que os perdáis por las ruinas, encontrareis rincones con mucho encanto y no podréis parar de sacar fotos porque todo es super bonito.
Como curiosidad, os diré que los fósiles que se han encontrado en la zona son muchos y reciben el nombre de Piedras de Santa Catalina. Realmente se llaman Micraster, que es un género extinto de equinoideos, conocidos habitualmente como erizos de mar.
Cuenta la leyenda que los frailes agustinos buscando un lugar donde fundar una nueva comunidad, encontraron el abandonado convento de Badaia. En torno a él, numerosas piedras de pequeño tamaño: por un lado tenían grabada la rueda de Santa Catalina y, por otro, el corazón de San Agustín. Y si la partían se encontraban de nuevo con aquellas señales divinas. dios había señalado su destino.
A partir de entonces, la gente del lugar las llamó Las Piedras de Santa Catalina y empezaron a considerarse amuletos, atribuyéndoles poderes mágicos, especialmente contra la locura y contra las tormentas.
Es la zona más oscura y fresquita de todo el jardín, ya que la humedad se mantiene debido a las copas densas del arbolado.
Hay caminos que podemos seguir para recorrerlo mientras observamos la impresionante flora autóctona de la sierra de Badaia. Podemos encontrar: enebros, encinas, ollaguina o aliaga negral e incluso madroños.
En la parte más alta (más incluso que el mirador) encontramos la Campa donde se realizan las observaciones y donde se encuentra la señalética astronómica, un planisferio celeste con la Estrella Polar, un panel con sus características y con indicaciones para poder localizarla.
El Jardín Botánico de Santa Catalina es el primer lugar de España certificado como Parque Estelar Starlight (desde el 2015) al reunir las condiciones adecuadas para realizar actividades de observación del firmamento.
Este título da pie a la organización de conciertos bajo las estrellas, sesiones de planetario Full Dom 360º y visitas nocturnas guiadas.
Dejando el Parque Estelar atrás, se pasa de la zona de umbría a la zona de solana y el cambio en la vegetación es bastante significativo.
Está formada por las antiguas tierras de labor donde los monjes cultivaban vides para posteriormente elaborar vino. También tenían cultivos de plantas medicinales.
Hoy en día esta zona está ocupada por cactus y suculentas. También se tienen unas vistas impresionantes de las ruinas.
Además durante todo el recorrido por el Jardín botánico Santa Catalina, podremos observar varios puntos de hoteles de insectos, para favorecer lugares de cría, resguardo y reproducción de diferentes tipos de insectos (me encanta).
Lindando el fondo de valle con la zona de solana encontramos el Oasis de las Mariposas.
Quiero explicar, que no es un mariposario como tal, no hay mariposas encerradas en una estancia y tu entras a verlas.
Es una zona, donde se han llevado a cabo plantaciones de muchos tipos de plantas adecuadas para potenciar el hábitat de diferentes mariposas en todas sus fases de vida.
Toda esta zona, está llenan de carteles interpretativos adaptados a los más pequeños de la casa, para que puedan aprender de forma divertida sobre el fascinante mundo de las mariposas.
Podemos encontrar las siguientes especies de mariposa: Nacarada (Argynnis paphia), Chupaleche (Iphiclides feisthamelii), Cleopatra (Gonepteryx cleopatra), Pavo real (Aglais io) y Cardera (Vanessa cardui).
Muy cercano al Oasis de las Mariposas, justo detrás de la Iglesia, encontremos un Olivo con mucha historia que contar… (no digo más). Solo digo que merece la pena dejarse caer por allí…