La escolopendra pertenece a la familia de los miriápodos con alrededor de 3300 especies parecidas. Es de hábitos nocturnos.
Poseen colmillos venenosos, también denominados forcípulas,y los utilizan para defenderse de sus depredadores y para cazar (hay especies que no poseen veneno, por ejemplo la escolopendra de España).
La escolopendra posee de 21 a 23 pares de patas.
A pesar de su pequeño tamaño, puede llegar a sobrepasar los 20 cm, todo depende de la alimentación y hábitat. Hay ejemplares gigantes que llegan a medir 30 cm.
Se pueden localizar bajo rocas, hojas, hoyos… En zonas oscuras y húmedas. Durante la noche sale a cazar y comer, por lo que es más probable que lo encontremos cuando no haya sol.
Son animales carnívoros, su alimentación se basa en cazar y comer artrópodos, como por ejemplo cucarachas, arañas, mariposas, moscas, escarabajos, serpientes pequeñas, lombrices, polillas, crías de ratones…
Las escolopendras son animales muy agresivos y solitarios. Si dos miembros de la misma especie se encontraran, se atacarían. Pudiendo haber canibalismo, la ganadora del enfrentamiento se comería a la perdedora.
La hembra incuba los huevos alrededor de 1-2 meses, pudiendo llegar a tener camadas de hasta 20 o 30 huevos.
Una vez están listos los huevos la hembra los protege de depredadores e infecciones, enrollándose alrededor.
Algunas curiosidades:
Aquí os dejo el enlace a un vídeo del National Geographic sobre la escolopendra gigante. ¡A disfrutarlo!.